Fuente: https://cardiologiahoy.com
Uno de los problemas emergentes en contexto de la pandemia por el nuevo coronavirus y su enfermedad (COVID-19), es la escasez de insumos médicos. La enfermedad avanza con gran rapidez, por lo que debido al incremento en el número de afectados, muchas naciones alrededor del mundo han adoptado políticas sanitarias con el fin de resguardar los insumos médicos para el ámbito intrahospitalario.
Debido al carácter dinámico de la nueva información disponible, recientemente el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) ha modificado sus recomendaciones, en donde sugieren el uso de “tapabocas” en aquellos lugares públicos donde sea difícil mantener la distancia interpersonal preventiva (ej. supemercados, farmacias). Refuerzan que estos tapabocas pueden ser realizados por los individuos mismos en sus casas, utilizando materiales de bajo costo, reservando barbijos N95 solo para el ámbito intrahospitalario y situaciones que lo ameriten. Incluso, en el sitio web del CDC brindan instrucciones detalladas para su confección, como así también los materiales necesarios.
Una pregunta que puede surgir en este contexto es: estos tapabocas caseros son realmente efectivos frente a la infección por COVID-19?. Existe hasta la fecha muy escasa información científica de calidad sobre el uso de tapabocas caseros en el ámbito no médico.
Un estudio aleatorizado publicado en BMJ Open en 2015, comparó la eficacia de los tapabocas caseros en relación a las máscaras utilizadas en el ámbito medico (3M). En este estudio se dejó en evidencia que los profesionales de la salud no deberían utilizar tapabocas caseros como elemento de protección frente infecciones respiratorias. Llamativamente, los tapabocas resultaron en una mayor tasa de infecciones en relación a las máscaras médicas, incluso con peores resultados al compararlos con un grupo control. Una actualización del mismo grupo de investigadores declaró recientemente que, en la actualidad, existen estudios de laboratorio que analizan la eficacia de los tapabocas de diferentes materiales, como así número de capas del material empleado para su confección y el potencial rol de los filtros utilizados; sin embargo, ninguno de ellos ha sido analizado en el ámbito clínico a fin de demostrar su eficacia.
Una revisión sistemática de la literatura buscó analizar la eventual asociación entre las infecciones respiratorias y el uso de los tapabocas caseros en el ámbito extrahospitalario. Este estudio (en fase pre-publicación), incluyó un total de 31 estudios (12 de ellos aleatorizados). Los investigadores declararon en base a los datos obtenidos que el uso de tapabocas caseros brindará una protección muy escasa frente a infecciones respiratorias secundarias a un contacto social casual, y una protección moderada frente a infecciones en domicilio, siempre y cuando tanto el individuo infectado como el no infectado los utilice.
Los autores concluyen que la evidencia es demasiado escasa como para recomendar de forma universal el uso de tapabocas frente a la infección por COVID-19; sin embargo, existe suficiente evidencia para avalar el uso de tapabocas por cortos periodos de tiempo y en pacientes vulnerables, sometidos a situaciones transitorias de mayor riesgo.
Simon Clarke, profesor asociado de microbiología de la Universidad de Reading, afirmó que existe muy escasa evidencia que soporte el beneficio del uso de tapabocas en el público general, con ninguna evidencia que esta medida brinda protección en lugares concurridos, y sin evidencia de protección frente a COVID-19. En este contexto, Ian Jones, profesor de virología, afirma que esta medida podría contribuir a enlentecer la pandemia, aplanando la curva de contagio.
Si algo está claro, es que el uso masivo de mascaras profesionales en el ámbito público se asocia a un desabastecimiento del insumo médico en los lugares donde más se necesitan (ej. hospitales con atención de pacientes con síntomas respiratorios por COVID-19). A su vez, estas máscaras pueden no brindar una protección completa debido a diversos factores: mala colocación, reposicionamiento constante por parte del individuo, sin protección ocular y sensación de falsa protección, pudiendo así desatender otras medidas preventivas cruciales, como lo son el lavado de manos y el distanciamiento interpersonal.
De este estudio podemos destacar:
- Pese a la escasa evidencia de beneficio, el uso de tapabocas caseros es una medida que podría contribuir a aplanar la curva de contagio por COVID-19.
- Presenta un mayor beneficio en términos de protección en el domicilio, entre un individuo infectado a uno sano, y en pacientes más vulnerables frente a situaciones transitorias de mayor riesgo de contagio.
- Su principal función no sería evitar que un individuo sano se contagie, sino evitar la propagación viral a partir de un individuo infectado.
Lecturas recomendadas:
- Centers for Disease Control and Prevention. Use of cloth face coverings to help slow the spread of COVID-19. https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/prevent-getting-sick/ diy-cloth-face-coverings.html.
- MacIntyre CR, Seale H, Dung TC, etal . A cluster randomised trial of cloth masks compared with medical masks in healthcare workers. BMJ Open 2015;5:e006577. 10.1136/bmjopen-2014-006577. 25903751
- MacIntyre CR. A cluster randomised trial of cloth masks compared with medical masks in healthcare workers[response]. BMJ Open 2020;30. https://bmjopen.bmj.com/content/ 5/4/e006577.responses#covid-19-shortages-of-masks-and-the-use-of-cloth-masks-as-a- last-resort.25903751
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Brainard JS, Jones N, et al. Facemasks and similar barriers to prevent respiratory illness such as COVID-19: a rapid systematic review. medRxiv 2020.04.01.20049528; 10.1101/2020.04.01.20049528.