Autores: María Isabel González Z. y Silvia Castillo T
Fuente: https://gastrolat.org/
Introducción
La Fiebre Mediterránea Familiar (FMF) es un trastorno auto inflamatorio hereditario de herencia principalmente autosómica recesiva, producida por
mutaciones en el gen MEFV que se encuentra en el cromosoma 16p13.3, caracterizada por episodios recurrentes de fiebre acompañada de peritonitis,
pleuritis, artritis o eritemas tipo erisipela (placa roja, bien definida, solevantada, caliente y dolorosa). Un episodio dura entre uno y tres días, y su frecuencias muy variable. El peritoneo es la membrana serosa más comúnmente afectada, por lo tanto, el dolor abdominal es el síntoma más frecuente en los pacientes. La peritonitis se observa en alrededor del 95% de los pacientes, la sigue la sinovitis que se encuentra en 75% de los pacientes, pleuritis en 40% de los casos, amiloidosis en 50% y eritemas tipo erisipela entre 7- 40% de los casos. La severidad de la enfermedad y la expresión de uno u otro síntoma se ve afectada según el tipo de mutación que presente el paciente, además de efectos ambientales. Los pacientes son asintomáticos intercrisis.
El diagnóstico es clínico, y se basa en los criterios clínicos Tel-Hashomer (Tabla 1), donde deben existir al menos dos criterios mayores, o un criterio mayor y dos criterios menores para un diagnóstico definitivo. Para un diagnóstico probable, se necesita un criterio mayor y un criterio menor.
La presencia de otros síntomas es variable, entre los que destacan la esplenomegalia, mialgias, inflamación escrotal aguda, cefalea o determinadas formas
de vasculitis.
La mayor parte del tiempo, a los pacientes con FMF se los deriva a un gastroenterólogo antes del diagnóstico . Un problema importante de diagnóstico
diferencial son los cuadros abdominales agudos, tanto de las enfermedades quirúrgicas abdominales como de las no quirúrgicas. La indicación de laparotomía es bastante frecuente si no se establece el diagnóstico de la enfermedad correctamente, e incluso conociendo el diagnóstico, no siempre es fácil diferenciarla de cuadros quirúrgicos como la apendicitis.
El gen MEFV codifica la proteína pirina (o marenostrina) de 781 aminoácidos. A pesar de su importante papel en inmunidad y enfermedad, hasta la
fecha, la función de la proteína pirina y su papel en la patogénesis de la FMF siguen siendo desconocidas. Informes iniciales basados en la predicción del análisis de su secuencia de aminoácidos, sugirieron que pirina podría actuar como un factor de unión al ADN nuclear.
Esta proteína se expresa principalmente en inmunocitos y células dendríticas. Ahora se cree que puede actuar como regulador de los estímulos inflamatorios en los neutrófilos en la FMF, así como en otras enfermedades. Se ha visto que es un sensor inmune específico para modificaciones bacterianas de las Rho GTPasas, que detecta la actividad de la virulencia del patógeno.
Park et al (2016) demostraron que la proteína forma un inflamosoma cuando está mutada o en respuesta a la modificación bacteriana de la GTPasa RhoA.
Este gen tiene más de 300 variantes que se han asociado al fenotipo de FMF, siendo la más frecuentemente observada en los pacientes sintomáticos la
variante p.(Met694Val) en el exón 10, que se asocia a un fenotipo más severo.
Esta enfermedad es más frecuente entre poblaciones mediterráneas, judíos del norte de África (no ashkenazíes), armenios, turcos y árabes, llegando la frecuencia de enfermos en algunas de estas poblaciones a 1/200 individuos . Sin embargo, en los últimos años se han reportado más casos en países no relacionados con esta área . En Chile no hay estudios formales de epidemiología.
Una de las complicaciones de la FMF es la amiloidosis secundaria que afecta principalmente los riñones causando un síndrome nefrótico. El amiloide
es una proteína que se deposita en ciertos órganos. Se visualiza preferentemente en los glomérulos renales, pero también hay depósitos de amiloide en el bazo, las suprarrenales, la glándula tiroides y, con menor frecuencia, en otros órganos. No es específica de la FMF.

La FMF se trata con colchicina, la que reduce la frecuencia y la severidad de los síntomas y previene el desarrollo de amiloidosis . En 5-10% de los pacientes con FMF, la colchicina no es eficaz para prevenir las crisis. Otro 5-10% de los pacientes son intolerantes a las dosis efectivas de colchicina y experimentan efectos secundarios graves14. En los últimos años, se han realizado estudios de eficacia de otros medicamentos sobre los pacientes resistentes al tratamiento con colchicina. Gül et al (2015) observan que Canakinumab fue eficaz para controlar la recurrencia del ataque en pacientes con FMF resistente a la colchicina. Van der Hilst et al (2016) determinaron que la terapia anti IL-1 parece ser una alternativa segura y eficaz para los pacientes con FMF que no responden o no pueden tolerar la colchicina. Ben-Zvi et al (2017) realizaron un ensayo controlado aleatorio para un tratamiento
con Anakinra y observaron mejoría en la sintomatología de los pacientes, por lo que también parece ser un tratamiento eficaz y seguro para la FMF resistente a la colchicina.
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http://gastrolat.org/DOI/PDF/10.0716/gastrolat2019n3000.04.pdf
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